José Luis Corral, historiador: "Este desdichado rey de España es uno de los peores de la historia, si no el peor que ha tenido nuestro país"
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El programa 'Poniendo las Calles', con Carlos Moreno 'El Pulpo' en COPE, ha abordado en su sección de historia la sorprendente relación de Milán con España. Para ello, ha contado con el historiador y escritor José Luis Corral, quien ha desgranado las claves de una rivalidad histórica que cambió el mapa de Europa y las tácticas de guerra para siempre, señalando en el proceso a uno de los peores monarcas de la historia de nuestro país.
A principios del siglo XVI, la tensión entre las dos grandes potencias del momento, España y Francia, era máxima. El historiador explica que, aunque ahora son países aliados, no siempre fue así. "Y, desde luego, uno de los campos de batalla entre Francia y España ha sido tradicionalmente Italia", contextualiza Corral. En esa época, Italia no era un país unificado, sino un conglomerado de estados, y el Ducado de Milán era una pieza clave.
La situación geopolítica se volvió insostenible para Francia cuando Carlos I de España se convierte también en emperador del Sacro Imperio Romano Germánico como Carlos V. El rey francés Francisco I "se ve rodeado por todas partes por posesiones de los Austrias", lo que le lleva a invadir Italia para "romper ese cordón militar" que amenazaba con asfixiar a su reino.
Antes de la decisiva batalla de Pavía, tuvo lugar en 1522 la batalla de Bicoca, un enfrentamiento con un resultado tan desigual que ha pasado a la historia y al lenguaje popular. José Luis Corral la describe como "una batalla única en la historia de la humanidad". Las tropas españolas sufrieron una sola baja, y por accidente, frente a los casi 3.000 muertos franceses.
Esta victoria aplastante y sencilla para las armas españolas dio origen a la conocida expresión "es una bicoca", utilizada para describir algo que se consigue con suma facilidad, un chollo o una ganga. Pese a la humillante derrota, el rey Francisco I no se rindió y decidió tomar las riendas de la contienda personalmente.
Emulando a héroes de la antigüedad como Aníbal, Francisco I se puso al frente de la poderosa caballería pesada francesa, cruzó los Alpes y tomó Milán. Las tropas españolas, superadas en número, se refugiaron en la localidad fortificada de Pavía, donde se libró la batalla definitiva el 24 de febrero de 1525.
Pavía supuso un cambio fundamental en la historia militar. La caballería feudal francesa, hasta entonces dominante, fue aniquilada por una nueva táctica de la infantería española que combinaba piqueros y arcabuceros. Esta estrategia sería el germen de los famosos Tercios españoles, que se convirtieron en un "ejército prácticamente invencible" durante 150 años.
En mitad del combate, el propio Francisco I fue derribado y capturado por las tropas españolas. Fue enviado a Madrid, donde permaneció prisionero en el Alcázar. Para su liberación, Carlos I le obligó a firmar el Tratado de Madrid y a casarse con su hermana Leonor, un ejemplo de las complejas relaciones diplomáticas y familiares de la época.
Aunque el rey francés no cumplió el pacto tras ser liberado, España se quedó con su espada como trofeo. La espada de Francisco I permaneció en la Armería Real de Madrid durante tres siglos, hasta que ocurrió un hecho que Corral lamenta profundamente y que involucra a Fernando VII, un desdichado rey de España. Este "le devolvió la espada a Napoleón, y ahora la espada de Francisco I, que estuvo durante tres siglos en Madrid, está en Francia en el Museo de Louvre".
Como curiosidad final, el historiador también ha comentado el posible origen de la tapa de los "soldaditos de Pavía", ese bocado de bacalao rebozado. Una versión lo vincula a los soldados que lucharon en la famosa batalla, mientras que otra lo atribuye al uniforme de las tropas del general Pavía, que en 1874 dio un golpe de Estado acabando con la Primera República.




